Berónica Palacios P3/comprensiónyexposición

La envidia como una de las bellas artes

Jeremías Marquines

La envidia es una declaración de inferioridad.
Napoleón Bonaparte

Es difícil descubrir al envidioso pues a veces se esconde a través de una apariencia amable, acogedora y simpática y otras se camufla en conductas de excesivo respeto, o excesiva admiración, el envidioso se "alegra de los fracasos ajenos", "sufre con los éxitos ajenos", pero desaprovecha tanta energía que no es capaz de alcanzar sus propios objetivos.

El envidioso considera que los demás consiguen las cosas con facilidad y sin esfuerzo, no es una persona generosa, si triunfa nunca se siente satisfecho, este sentimiento es muy perjudicial para quien lo siente y "muy peligroso para la persona envidiada".

La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren. El envidioso nunca tiene reposo, gasta su energía en deseos que nunca satisface, porque jamás se esfuerza lo suficiente. El envidioso nunca se traza metas propias y cuando hace planes su falta de disciplina y su poca voluntad lo derrotan. Vive en el autolamento y la frustración. El envidioso no tiene vida propia, nunca ve hacia sí mismo porque toda su vida es hacia afuera; busca proyectar su propio fracaso en las vidas ajenas. Su realización es el fracaso ajeno porque en él se reconoce.

La envidia, es hermana del rencor y la inseguridad. El envidioso es un enfermo que se disfraza de gente de bien. Cualquiera puede serlo. Viven mucho tiempo a la sombra de su propia máscara haciendo creer con quienes se rodea que es el más bien intencionado de los humanos. El envidioso siempre critica a otros de envidiosos para no delatarse. Vive atormentado por el rencor y la inseguridad sobre su propia persona. El envidioso sólo está seguro de que él es la víctima, piensa que las demás personas lo hacen de menos, se imagina conspiraciones en su contra y actúa como si de verdad así fuera. Se la pasa culpando a los otros de sus propias desgracias y fracasos, nunca acepta que está en un error porque su propia inseguridad y falta de autoestima se lo impide. El envidioso no se quiere ni a él mismo. La envidia es parte de una serie de patologías conductuales que derivan en trastornos obsesivos compulsivos como la paranoia.

Leonardo Da Vinci el gran pintor, escultor e inventor italiano, dijo que “la envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual”. Un poco de este resumen sobre la envidia tiene que ver con el artículo que la semana pasada redactó el reportero de el periódico El Sur de Acapulco Aurelio Peláez contra un incipiente festival de las letras llamado Encuentro de Escritores Jóvenes, un esfuerzo de autogestión que desde hace tres años coordina el joven poeta Antonio Salinas.

El Encuentro de Escritores Jóvenes de Toño Salinas, y el Encuentro de Escritores del Pacifico, son las únicas dos iniciativas de promoción y difusión de la literatura guerrerense que durante los últimos tres años han mantenido su continuidad, han crecido, mejorado y sobre todo, han dado resultados, pues permiten a los creadores locales colocarse en la red de escritores del país y difundir sus creaciones. Ambas iniciativas son apoyadas de manera generosa por el ayuntamiento de Acapulco: al encuentro de Toño Salinas se le apoya con recursos y el Encuentro del Pacífico, el gobierno municipal es la instancia organizadora.

Ambos festivales se han esforzado por traer a Acapulco lo mejor de las letras nacionales para que los escritores locales y el público interesado pueda dialogar y compartir experiencias con escritores extraordinarios. Es por la gestión de la poeta Citlali Guerrero y a una inmensa red de amigos que tiene en el ámbito nacional de la cultura y el arte, que al Encuentro de Escritores del Pacífico han acudido la extraordinaria poeta Coral Bracho, premio nacional de poesía Aguascalientes, premio Javier Villaurrutia y becaria del Sistema Nacional de Creadores; el maestro Adolfo Castañón, ensayista, narrador y poeta, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua; Francisco Taibo II, novelista, premio internacional de novela Planeta 1992; Aline Pattersson, premio latinoamericano y del Caribe Gabriela Mistral, una de las más importantes narradoras mexicanas; Víctor Manuel Mendiola, crítico y poeta, editor de El Tucán de Virginia; Pedro Serrano, extraordinario poeta, director de El Periódico de Poesía de la UNAM; Sealtiel Alatriste; premio internacional de Novela Planeta; Elmer Mendoza, el primer narrador que impone el tema de la cultura del narcotráfico; ganador del prestigiado premio Tusquets de novela en 1997; entre muchos, muchos más que acuden al llamado de Citlali sin cobrar un solo peso, más que el pago de la transportación, el hospedaje y la alimentación. Estos son escritores que cobran sus respectivos honorarios por una sola presentación pero vienen a Acapulco con el único fin de apoyar al desarrollo de una incipiente literatura que comienza a practicarse en este lugar. Son escritores que nunca los ha podido traer el Instituto Guerrerense de la Cultura ni ninguna otra instancia estatal de ahora ni del pasado. Lo mismo ocurre con el caso del Encuentro de Escritores Jóvenes de Toño Salinas al que acude lo mejor de las letras jóvenes del país y de Guerrero.

Pero para que estos dos eventos funcionen, no sólo hace falta voluntad, hace falta también vencer las malditas inercias de la mediocridad que llenan todo los ámbitos del estado de Guerrero, hace falta vencer las envidias que frenan todo tipo de nuevas propuestas de desarrollo, hace falta vencer la hueva mental que se asienta con holgura en muchos opinadores, hace falta ganarle al pensamiento tarado y mediocre, hace falta un inmenso esfuerzo para convencer de que el arte y la cultura son necesarios para un pueblo como Guerrero sumido en la violencia y la enfermedad del rencor. De que el arte y la cultura nunca será demasiado para un lugar donde no hay nada, donde nunca ha habido nada.

En fin, no sé que motivó a Aurelio Peláez a escribir una serie de idioteces contra un festival de literatura tan necesario en este estado como el que hace Toño Salinas. No sé qué lo motivó para atacar también otras iniciativas de promoción y difusión artística y cultural fundadas por Citlali Guerrero como La Nao, un festival que, hasta antes de que le diera en la madre y lo acorrientara hasta la estupidez esa señora llamada Mari Trini que ahora lo coordina, era un festival de primer mundo, el único que mostraba lo mejor del arte nacional, estatal y oriental y ayudaba formar en el público porteño un mejor gusto estético. Ahora lo han convertido en un amasijo de ocurrencias y vanalidades sin trascendencia nacional, incluso ya se perdió el apoyo del Festival Cervantino que también Citlali gestionó.

En fin, pienso que a lo mejor Aurelio Peláez estaba pensando en todos los proyectos de desarrollo artístico y cultural que ha construido en Acapulco, pienso que cuando escribió ese artículo para madrear a los promotores de los únicos eventos que valen la pena no sólo en Acapulco, sino en Guerrero, estaba pensando en lo mucho que le ha aportado a las letras nacionales o estatales, lo mucho que ha gestionado ante las instancias nacionales para que vengan más apoyos para el estado, en todo lo que ha aportado a la formación de jóvenes escritores, a la formación de una nueva forma de entender el hecho estético y sus consecuencias, quizá en eso estaba pensando cuando defecó en una iniciativa hecha para que Acapulco y Guerrero no sigan, no en la cola, sino desaparecidos del mapa de la literatura nacional. Gracias Aurelio Peláez por todos tus aportes al arte y la literatura del estado.

ACTIVIDADES PARA ENTREGAR EL LUNES 28 DE MARZO ALUMNOS DE LA TAE CÓDIGOS Y SOPORTES DE LA LECTURA 3ER SEMESTRE.
EL ALUMNO ANALIZARÁ EL TEXTO Y HARÁ UNA SÍNTESIS CON SUS PALABRAS.
REFLEXONARÁ SOBRE EL TEMA Y BUSCARÁ 5 EJEMPLOS CONTRASTANDO EL TEXTO CON LA REALIDAD QUE LOS RODEA.